José Manuel García Agüera
 
 
 
El Parquecillo de la entrada a Coín
 
   

La desaparición del bello y singular "parquecillo" a la entrada de Coín provoca en José Manuel García Agüera este sentido y familiar recuerdo a la vista de su conversión a escombros...

   
       
 
MIRANDO POP COÍN _El Parquecillo_JMGA 2001
 
         
   

Éramos del mismo tiempo. Le faltaba, como a mí, muy poco para cumplir los cincuenta, y tuvimos el mismo padre. Nos veíamos todos los días al aire libre. Hoy, con su desaparición, siento de nuevo la tristeza. Y, es que 'El Parquecillo' de la entrada a Coín, era algo especial. Siempre supo estar en su sitio. Nos despedía al irnos y estaba allí para recibirnos cuando regresábamos. Tenía una personalidad singular y su originalidad atentaba contra la vulgaridad. Era diferente. No se hizo nuca mayor y siguió siendo pequeño.

Para presidir el gobierno municipal, en 1956, se había nombrado a don Manuel Martínez Sánchez, un alcalde poco conocido y reconocido que, sin embargo, emprendió en su gestión al frente del ayuntamiento valientes iniciativas para el futuro que se esperaba de nuestra ciudad. Su mandato estuvo impregnado por una especie de mirada encaminada al interior de ella, de sus carencias internas. Con él y sus concejales comenzó la modernización y embellecimiento de Coín. En aquellos años se realizaron, entre otras, las obras de alcantarillado y abastecimiento de agua potable a la población. Obras complicadas que, no por menos necesarias, eran olvidadas y siempre aplazadas desde los tiempos de la República. Muchos rincones y calles se adecentaron. Los jardines de la Alameda y el parque de san Agustín se hermosearon, y se acometieron las obras de la entrada al pueblo por la carretera de Málaga.

El Parquecillo estaba entre ellas y así nació, para embellecer. El resultado fue tan espectacular y gustó tanto la nueva estética de ese entorno de bienvenida, que la misma corporación municipal, haciéndose eco del contento y satisfacción de los coineños, acordó felicitar al edil que las había llevado a cabo, y hasta el diario Sur, con fecha 25 de septiembre de 1956, reflejaba el cambio con esos "originales muros con arriates y artísticas pérgolas, iniciativa del concejal delegado, don Manuel García López de Uralde".

Comprenderán que ese parquecillo me sea tan familiar y sienta su reciente conversión a escombros. También comprendo que su sacrificio se ha hecho con la sana intención de que en su lugar se construya algo que, efectivamente, hace mucha falta en nuestro pueblo y demanda el progreso y la modernidad, ya que la carencia de un terminal de autobuses hay que remediarla como sea. Estoy de acuerdo. Pero, tenemos un parque menos. Y, un parque menos, es un parque menos. Las matemáticas no fallan, y a todos nos enseñaron en la escuela, que menos por más, es igual a menos.

   
         
         
   
Artículo publicado en la Gaceta El Valle de octubre de 2003
   
         

 
 
             
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