A consecuencia del fuerte comercio existente en el siglo XVIII entre Málaga y América de cacao y azúcar, entre otros productos, se dio pie en la capital a la creación de diferentes industrias y fábricas con esas materias primas.
La más importante de las fábricas de chocolate malagueñas fue La Riojana, que se constituyó por los señores López Hermanos en 1857 e instalada en calle Mármoles, esquina a Peso de la Harina.
Con la incorporación del vapor a la maquinaria llegó a conseguir una producción anual de 600.000 libras, llegando en 1888 a ampliar la producción a bizcochos y galletas. Y posteriormente, en 1902, la fábrica pasó a manos de don Leovigildo García y luego a su viuda.
En los productos derivados de la actividad chocolatera, esta famosa fábrica incluía de regalo al público comprador unos cromos seriados con distintas temáticas, entre los que había las colecciones de vistas y estampas de todos los lugares del mundo, incluídos los más cercanos de esta tierra, que se coleccionaban y llegaron a ser por sí mismos un aliciente más al rico sabor que se ofrecía y hoy buscadas piezas de coleccionistas.
Uno de esos cromos es este, donde puede admirarse, como se indica, un bello y ya centenario paisaje de Coín…
Un paisaje que después de un siglo no sabría identificar, pero amigos mejores conocedores del terreno que yo sabrán hacerlo y si lo descubrimos se lo digo... |