Primero le salieron alas, unas alas brillantes que ella lucía sin fuerzas, trabajosamente: Oh –solía decir–, aunque el médico asegure que son síntomas de una pronta huida nupcial, nada bueno anuncia este prodigio.

Después se puso triste y frágil, y sus palabras se hicieron como hojas de otoño, y había melancolía en sus palabras. Y sus labios tenían la extraña belleza de algunas reinas egipcias de perfil.

Al final se olvidaron de las alas, y, frente al mar, recortaban papeles de colores.

–Cómo pesa la melancolía– exclamó una tarde.

Y ya todo fue recuerdo.

   
 
         
         
       
           
           
           
     
 
               
 
 

HOMENAJE A MARI CARMEN GIL

       
 
           
 

 

El 13 de diciembre de 1996 se reunieron en el Ateneo de Málaga un grupo de amigos para recordarla y ofrecerle un Homenaje a Mari Carmen Gil. Las intervenciones se recogieron luego en un libro con este título que fue publicado en 1998 por la malagueña Antigua Imprenta Sur. De las palabras escritas de Rafael en aquel emotivo acto es este fragmento que hoy volvemos a reproducir.

 

En los momentos históricos en los que las libertades de los pueblos se hayan mermadas, no se concibe la especulación artística fuera de un compromiso verdadero y formal con la libertad y la democracia, y Mª Carmen fue −ella que al primer contratiempo se quedaba sin voz− un ejemplo de lo que debe ser asumir las ideologías progresistas y el camino hacia la justicia social; por eso, en los años setenta −que fueron hermosos en la medida que Antonio Soler lo dice en su más reciente novela al citar a Alejandro Dumas: "Aquellos años tan desdichados en los que fuimos tan felices"− hizo de sí misma y de lo suyo, especialmente de su casa de Coín, un lugar permanente de lucha y amparo contra la Dictadura, un lugar en el que, pese a todo riesgo, las puertas estaban abiertas de par en par para cuantos sufrieron persecución de la injusticia.

Ahora, casi todos los recuerdos se agolpan en Coín, una geografía muy querida y a la que muchos, para estar más cerca de ella, acudimos a levantar nuestras casas.

El tiempo impone sus limitaciones, más al pensar en Mª Carmen, la memoria emocionada se desborda hasta ocupar espacios sin límites. Son, creo, las sorpresas del recuerdo que a su manera nos hace revivir un pasado dichoso del que tanto le debemos a ella.

   

El presente ejemplar corresponde a la entrega que inicia la colección Pliegos de Poesía de la Fundación García Agüera y contiene el poema de Rafael Pérez Estrada (Málaga, 1934-2000) Melancolía que en memoria de Mari Carmen Gil le dedicó tras su fallecimiento. Consta la tirada en papel de 150 ejemplares no venales que ven la luz el 10 de octubre de 2014.

 

 
             
 
       
     
 
 
             
     
             
             
 
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