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El rancho del coineño Reyna Manescau
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Después de tantos años empeñados en recuperar para su pueblo natal la memoria de nuestro universal paisano, el pintor don Antonio Reyna, y haber recorrido otros tantos caminos hasta llegar aquí, por fin, su cuadro 'Rancho andaluz' está colgado en las paredes de nuestra casa, la casa de todos los coineños, la Casa Consistorial.
En la tarde del viernes 9 de marzo del corriente, en el salón de plenos del ayuntamiento de Coín, sucribieron el señor alcalde y el presidente de la diputación malagueña, el esperado acuerdo ad hoc mediante el cual se nos cede temporalmente la célebre obra para que podamos disfrutarla. Esta cesión hemos de contemplarla con alegría -por el regreso del cuadro a casa- y el esperanzado optimismo de que aquí quedará para siempre, pues eso es lo que queremos todos y esa es la intención manifestada, en el mismo acto, por la institución supramunicipal. Pues, aunque ésta ostenta la propiedad del 'rancho' y éste forme parte de su valioso e importante patrimonio artístico, este cuadro, magistral retrato de la esencia de nuestros campos, se nos ha de mostrar hoy como preciada herencia de arte y cultura, de la que su pueblo natal, el pueblo de Coín, ha de sentirse su legítimo beneficiario.
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En la casa vecina estuve con Maripepa, como siempre, y mientras se descorría la cortinilla que dejaba admirar en todo su esplendor (y en su sitio) la bella pintura, recordábamos a Rafael Vera Pérez, querido amigo ya desaparecido, por quien conocimos algunos de nosotros del gran pintor y su obra. Él fue el alma, además, de la exposición que, sobre la pintura malagueña del diecinueve, organizó la Residencia Escolar y comisarió su director, don José Antonio Urbano Pérez, en 1995. Muestra en la que tuve la satisfacción de colaborar, junto a Miguel Ramos Morente, y donde pudimos contemplar, por primera vez, ese 'canto hecho pintura de la huerta coineña', como acertó a definirla.
Me recordaba Maripepa los tantos artículos escritos, el capítulo de 'Crónicas de Coín, y las tantas palabras empleadas en convencer de lo evidente. Toda una década. Y recordamos allí, frente al emparrado florecido, a Paco Lomeña durante los preparativos de aquel 'Primer homenaje al célebre pintor coineño Reyna Manescau en su pueblo natal', como tituló esta misma gaceta el reportaje que publicó en su primer número, cuya portada dedicamos a la elegante figura del artista. Un homenaje que le tributamos al conmemorarse el 66 aniversario de su fallecimiento en la ciudad eterna. Una reunion íntima en su memoria, de amigos y familiares. Y recordamos, mirando al lugar de la firma, a doña Dolores y doña Matilde Giménez Reyna, sus entrañables sobrinas y únicas herederas. Y, a nuestra memoria asomaron sus palabras en aquel emotivo acto, al contarnos que don Antonio 'siempre recordó a Coín y lo llevó en su alma tan dentro, que decía que su color y la luminosidad de su pintura se lo debía a esta tierra y estos campos que, como hoy mismo vemos, son dignos de regocijarse admirándolos y hacen brotar alegría en nuestro ser'.
Recordamos al mirar en derredor, a Pepa Villalobos y la brillantez de su opinión en Málaga; la locuacidad de ser Pepe Morales; y la eficiencia del tocayo José Manuel Montero, comprometidos personal y mediáticamente en la difusión de este empeño cultural desde que lo conocieron. A principios de 2003 firmaba Merlín esta crónica: 'Podemos adelantar, con gran alegría, a los lectores de esta revista, que el artículo de José Manuel García Agüera sobre el gran pintor Reyna Manescau y su emblemática obra 'Rancho andaluz', publicado por G-2000 en el número anterior, ha provocado la presentación de una moción al próximo pleno municipal, suscrita por todos los partidos políticos de la oposición (PSOE, PP e IU), para que sea gestionado ante la diputación malagueña que ese gran cuadro esté en Coín de manera permanente y presida el salón capitular del nuevo Ayuntamiento. Esperamos que sea aprobada la moción unanimemente por la corporación y lo disfrutemos todos en la ciudad natal del glorioso autor, que es donde debe estar.'
Aquella moción, suscrita en representación de sus grupos políticos por Gabriel Jesús Clavijo Sánchez, Antonia María Fernández Lomeña y Rodrigo Gallero Galván, se defendió en la sesión plenaria celebrada el 24 de febrero de 2003. A ella se sumaron el alcalde de entonces, Juan José Rodriguez Osorio (PA), y su generoso socio de gobierno, Juan Jiménez Guzmán (PCC). La propuesta fue acordada por rotunda unanimidad. Y, las gestiones políticas y administrativas que han dado ahora estos frutos las inició la corporación siguiente.
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