Conjunto monumental
Se compone de cinco grandes cuevas excavadas artificialmente en la roca por la mano del hombre, así como algunas pequeñas cavidades en los extremos laterales.
Las tres cuevas centrales son las principales de todo el conjunto, siendo las más profundas y las de mayor superficie excavada (reseñadas bajo los núm. 2, 3 y 4).
Existe un pasillo interior que intercomunica estas tres cuevas principales y distribuye el acceso a ellas por el interior.
Se descubre además un amplio patio exterior, que precedía como antesala la entrada al espacio de culto, cuyo perímetro actual queda delimitado por la tapia medianera con la carretera, los edificios colindantes y la inmensa fachada de roca natural. El suelo original de este patio exterior quedaba a menor altura que el interior de las cinco cuevas, a las que se debía acceder a través de algunos peldaños que salvaran el desnivel. Por cuanto, ya hemos dicho, el suelo interior de todas estas cuevas fue rebajado dos metros para igualarlo con el nivel existente en el exterior y poder así mejorar el rendimiento de la explotación industrial.
La fachada de este conjunto monumental es la misma roca natural sobre la que fueron excavadas las cinco portadas de ingreso al interior, como hemos mencionado, tiene dimensiones colosales y siempre ha estado oculta por la vegetación y por la alta tapia exterior. Siendo incomprensible, si no es así, que este monumento haya pasado desapercibido para todos los historiadores y estudiosos locales que nos precedieron. La visión de la misma, para quien la contempla por primera vez, resulta impresionante, decía el profesor Ríu cuando visitó el conjunto monumental hacia finales de la década de los sesenta.
Su fachada tiene una longitud de 30 metros y una altura de 14, con dos contrafuertes que sobresalen de él entre 3,20 y 4,80 metros a una distancia de 12,65 metros , según las mediciones realizadas por el insigne profesor.
En uno de los extremos laterales de la amplia fachada se conserva lo que parece el arranque de una gruesa muralla defensiva construida con sillares de cantillo, que han sido añadidos recreciendo la altura de la misma roca esculpida.
Desde el patio exterior y desde el pasillo se puede apreciar como algunas bocas de entrada han sido abocinadas para facilitar la penetración de la luz natural. Asimismo, al haberse excavado dos metros en el suelo del interior de las cuevas, los grandes arcos de entrada adquieren incluso mayores dimensiones a los antiguamente existentes, alcanzando estos una grandiosidad en altura insospechada por aquel entonces, por contra queda anulada la posibilidad de hacer una prospección arqueológica efectiva. No obstante aún se conservan algunas partes que mantienen y marcan el nivel del subsuelo original, así como algunas cavidades inexploradas de sumo interés para la espeleología y arqueología medieval.
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