Cueva reseñada bajo el número 4
Es una de las tres cuevas principales y se puede acceder a ella por la entrada exterior o por el pasillo interior que las intercomunica.
La puerta de entrada a esta cueva es la que alcanza mayor altura de todas, sobrepasando así la cota de los 8 metros medidos desde el suelo.
Hacia la mediación de esta cueva, se puede apreciar cómo se ensancha un poco el espacio debido a un retranqueo en la pared del pasillo, asimismo esta cueva también se beneficia de una cavidad que surge como prolongación del mismo pasillo y que le da a esta cueva un aspecto, visto en planta, con forma de cruz latina, si bien con los pies de ésta arrancando desde la cabecera de la cueva.
En la pared del fondo existe un túnel de profundidad indeterminada y aún inexplorado, cuyo hueco de entrada queda a una altura de cuatro metros desde el nivel del suelo. Este túnel puede tratarse de una galería de ventilación o una vía de escape que facilitaría la huida al exterior a los miembros de la comunidad cristiana en tiempos convulsos. La entrada a este túnel se encuentra medio cegada por los escombros de un tabique derruido; no obstante, según relataba el antiguo propietario, en cierta ocasión se avanzó más de treinta metros sin alcanzar fondo.
Esta cueva tiene una longitud de 12,90 metros , sin contar el túnel, y una anchura de 2,95 metros , según la mediciones del profesor Ríu. La parte de la nave situada entre el pasillo y el fondo (6,20 metros) se hallaba cubierta con una falsa bóveda, que tipológicamente pudo datar del siglo X en opinión del mencionado profesor. Sin embargo, en la actualidad no se advierte más que una esplendida y original bóveda rampante, cubriendo el valioso techo del tramo más profundo.
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